Mujeres en resistencia, construyendo alternativas para un mundo mejor. Declaración del 10º Encuentro Internacional en Maputo, Mozambique
16-10-2016
Declaración de la Marcha Mundial de las Mujeres
10º Encuentro Internacional en Maputo (Mozambique)
Del 11 al 15 de octubre de 2016
Mujeres en resistencia, construyendo alternativas para un mundo mejor.
Nosotras, las mujeres de la Marcha Mundial, luchamos contra el hetero-patriarcado, el capitalismo y el
colonialismo y contra todas las formas de desigualdades y de discriminaciones. Reivindicamos nuestros
derechos para recobrar el control de nuestros cuerpos, de nuestra tierra y de nuestros territorios.
Desde este mundo caótico, creemos que otro mundo es posible. Juntas, trabajamos construyendo nuestras
alternativas feministas reforzando así nuestro movimiento.
Las mujeres vivimos en un contexto en el que los fundamentalismos religiosos y políticos, la represión y la
criminalización de las activistas, la persecución, los asesinatos, la violencia doméstica y sexual, los
conflictos militares, afectan a nuestras vidas y nos impiden vivir en un mundo de paz, de igualdad y de
justicia. Denunciamos el tráfico sexual, la utilización de nuestros cuerpos desde la infancia, y luchamos
para reivindicar el derecho de todas las mujeres a acceder al aborto.
Nos oponemos a las multinacionales que destruyen la naturaleza, explotan nuestros cuerpos y amenazan
nuestra salud. Estas multinacionales acaparan la naturaleza, nuestros territorios y son las responsables del
cambio climático y de las crisis políticas, económicas y medioambientales.
Estamos preocupadas por la destrucción de la tierra, la explotación de los recursos naturales y
denunciamos el monocultivo, que empobrece a las mujeres. Construimos el eco-feminismo, la agroecología
y la soberanía alimentaria como alternativas del buen vivir.
Rendimos homenaje a las mujeres que fueron brutalmente asesinadas en todo el mundo por su
compromiso feminista, ecologista y/o político. Nos solidarizamos con todas las mujeres que luchan por su
territorio, por su autodeterminación, por su libertad.
Incluimos a todas las defensoras de la tierra que arriesgando su vida luchan por el acceso a los recursos
naturales y contra las extracciones mineras y petrolíferas. Construimos un eco-feminismo en el que los
recursos de la tierra no sean acaparados y donde la vida de las mujeres esté protegida.
El capital financiero, las medidas de austeridad y la privatización provocan la pobreza y las violencias hacia
las mujeres. En la MMM, trabajamos para ampliar el poder y la autonomía económica de las mujeres.
Creemos en la redistribución de la riqueza y en la economía solidaria.
Denunciamos el avance de los fundamentalismos religiosos y las políticas imperialistas y deseamos un
mundo justo, sin opresión, sin ninguna fuerza militar, donde las mujeres y los pueblos tengan derecho a la
autodeterminación y donde los derechos humanos se respeten.
Las 100 delegadas, venidas de 40 países, reunidas en Maputo, Mozambique, hemos compartido nuestras
diferentes realidades, nuestros distintos contextos económicos y políticos y gracias a nuestras compañeras
mozambiqueñas, que nos han narrado las situaciones en las que luchan,
hemos comprendido que su realidad era en efecto la de las mujeres de muchos otros países.
Condenamos la represión violenta ejercida contra los pueblos y las mujeres kurdas, saharauis y palestinas y
nos solidarizamos con todas las mujeres que luchan contra la colonización.
Nos solidarizamos con todas las mujeres que sufren la prisión, la tortura, que soportan violencias atroces y
que en los conflictos armados son vendidas, violadas y asesinadas.
El movimiento de la Marcha Mundial de las Mujeres es fuerte gracias a su diversidad. Y se compromete a
una mayor inclusión de las minorías así como de las mujeres con diversidad funcional u otras mujeres
marginadas.
Nuestra voluntad de trabajar de forma intergeneracional se traduce por nuestra apuesta comprometida,
decidida a integrar a las mujeres jóvenes en todas nuestras instancias.
Reunidas en Maputo, las mujeres de la MMM, afirman su solidaridad con las mujeres lesbianas y
bisexuales y deciden incluir, en sus formaciones, en su reflexión y en sus acciones, las experiencias y
análisis de estas mujeres. Se marcan el objetivo de favorecer la visibilidad lesbiana.
Las guerras, la hambruna y la pobreza abocan a los caminos del exilio a las refugiadas que sufren las peores
violencias. La Marcha Mundial de las Mujeres se solidariza con todas las mujeres refugiadas. Denuncia el
racismo de los países llamados de acogida y exige la destrucción de los muros que se alzan por doquier.
La situación económica catastrófica, el avance de la derecha, las violencias políticas, los gobiernos
represivos, producen un mundo violento, injusto y sin futuro.
La situación que viven las mujeres es resultado de los efectos del sistema capitalista, patriarcal y
colonialista. En este contexto hostil, respondemos con nuestras alternativas.
Resistimos a la represión y nos auto-organizamos para pasar a la acción y establecer lazos con los
movimientos sociales. Resistimos por un mundo mejor basado en los valores de la MMM, que son la
igualdad, la justicia, la paz, la solidaridad y la libertad.
Nuestras alternativas desarrollan el empoderamiento y la autodefensa de las mujeres y de los pueblos por
un buen vivir y por la sostenibilidad de la vida. Para ello, nuestra herramienta privilegiada es la formación
política feminista.
Las mujeres unidas en resistencias llevan a cabo luchas contra el capitalismo, el hetero-patriarcado, el
racismo y el colonialismo y construyen alternativas para un mundo mejor.
Estaremos en marcha hasta que todas seamos libres.
10º Encuentro Internacional en Maputo (Mozambique)
Del 11 al 15 de octubre de 2016
Mujeres en resistencia, construyendo alternativas para un mundo mejor.
Nosotras, las mujeres de la Marcha Mundial, luchamos contra el hetero-patriarcado, el capitalismo y el
colonialismo y contra todas las formas de desigualdades y de discriminaciones. Reivindicamos nuestros
derechos para recobrar el control de nuestros cuerpos, de nuestra tierra y de nuestros territorios.
Desde este mundo caótico, creemos que otro mundo es posible. Juntas, trabajamos construyendo nuestras
alternativas feministas reforzando así nuestro movimiento.
Las mujeres vivimos en un contexto en el que los fundamentalismos religiosos y políticos, la represión y la
criminalización de las activistas, la persecución, los asesinatos, la violencia doméstica y sexual, los
conflictos militares, afectan a nuestras vidas y nos impiden vivir en un mundo de paz, de igualdad y de
justicia. Denunciamos el tráfico sexual, la utilización de nuestros cuerpos desde la infancia, y luchamos
para reivindicar el derecho de todas las mujeres a acceder al aborto.
Nos oponemos a las multinacionales que destruyen la naturaleza, explotan nuestros cuerpos y amenazan
nuestra salud. Estas multinacionales acaparan la naturaleza, nuestros territorios y son las responsables del
cambio climático y de las crisis políticas, económicas y medioambientales.
Estamos preocupadas por la destrucción de la tierra, la explotación de los recursos naturales y
denunciamos el monocultivo, que empobrece a las mujeres. Construimos el eco-feminismo, la agroecología
y la soberanía alimentaria como alternativas del buen vivir.
Rendimos homenaje a las mujeres que fueron brutalmente asesinadas en todo el mundo por su
compromiso feminista, ecologista y/o político. Nos solidarizamos con todas las mujeres que luchan por su
territorio, por su autodeterminación, por su libertad.
Incluimos a todas las defensoras de la tierra que arriesgando su vida luchan por el acceso a los recursos
naturales y contra las extracciones mineras y petrolíferas. Construimos un eco-feminismo en el que los
recursos de la tierra no sean acaparados y donde la vida de las mujeres esté protegida.
El capital financiero, las medidas de austeridad y la privatización provocan la pobreza y las violencias hacia
las mujeres. En la MMM, trabajamos para ampliar el poder y la autonomía económica de las mujeres.
Creemos en la redistribución de la riqueza y en la economía solidaria.
Denunciamos el avance de los fundamentalismos religiosos y las políticas imperialistas y deseamos un
mundo justo, sin opresión, sin ninguna fuerza militar, donde las mujeres y los pueblos tengan derecho a la
autodeterminación y donde los derechos humanos se respeten.
Las 100 delegadas, venidas de 40 países, reunidas en Maputo, Mozambique, hemos compartido nuestras
diferentes realidades, nuestros distintos contextos económicos y políticos y gracias a nuestras compañeras
mozambiqueñas, que nos han narrado las situaciones en las que luchan,
hemos comprendido que su realidad era en efecto la de las mujeres de muchos otros países.
Condenamos la represión violenta ejercida contra los pueblos y las mujeres kurdas, saharauis y palestinas y
nos solidarizamos con todas las mujeres que luchan contra la colonización.
Nos solidarizamos con todas las mujeres que sufren la prisión, la tortura, que soportan violencias atroces y
que en los conflictos armados son vendidas, violadas y asesinadas.
El movimiento de la Marcha Mundial de las Mujeres es fuerte gracias a su diversidad. Y se compromete a
una mayor inclusión de las minorías así como de las mujeres con diversidad funcional u otras mujeres
marginadas.
Nuestra voluntad de trabajar de forma intergeneracional se traduce por nuestra apuesta comprometida,
decidida a integrar a las mujeres jóvenes en todas nuestras instancias.
Reunidas en Maputo, las mujeres de la MMM, afirman su solidaridad con las mujeres lesbianas y
bisexuales y deciden incluir, en sus formaciones, en su reflexión y en sus acciones, las experiencias y
análisis de estas mujeres. Se marcan el objetivo de favorecer la visibilidad lesbiana.
Las guerras, la hambruna y la pobreza abocan a los caminos del exilio a las refugiadas que sufren las peores
violencias. La Marcha Mundial de las Mujeres se solidariza con todas las mujeres refugiadas. Denuncia el
racismo de los países llamados de acogida y exige la destrucción de los muros que se alzan por doquier.
La situación económica catastrófica, el avance de la derecha, las violencias políticas, los gobiernos
represivos, producen un mundo violento, injusto y sin futuro.
La situación que viven las mujeres es resultado de los efectos del sistema capitalista, patriarcal y
colonialista. En este contexto hostil, respondemos con nuestras alternativas.
Resistimos a la represión y nos auto-organizamos para pasar a la acción y establecer lazos con los
movimientos sociales. Resistimos por un mundo mejor basado en los valores de la MMM, que son la
igualdad, la justicia, la paz, la solidaridad y la libertad.
Nuestras alternativas desarrollan el empoderamiento y la autodefensa de las mujeres y de los pueblos por
un buen vivir y por la sostenibilidad de la vida. Para ello, nuestra herramienta privilegiada es la formación
política feminista.
Las mujeres unidas en resistencias llevan a cabo luchas contra el capitalismo, el hetero-patriarcado, el
racismo y el colonialismo y construyen alternativas para un mundo mejor.
Estaremos en marcha hasta que todas seamos libres.