Este plan propone mejorar la condición de las marroquíes en diversos campos como por ejemplo la educación, la salud, el empleo. En él se recomienda también reformar el código del estatuto personal bajo el cual las mujeres dejarían de estar bajo la autoridad absoluta del esposo y el divorcio cesaría de ser una decisión que depende enteramente de la buena voluntad de este último. Se propone además aumentar la edad de matrimonio y prohibir la poligamia.
Los medios islamistas conservadores se oponen con fuerza a este Plan, avalado por el Primer Ministro en 1999, y organizan el 12 de marzo de 2000 una contramanifestación en Casablanca.
En marzo de 2001, el debate todavía continua. Las militantes por los derechos de la mujer consiguen que el rey Mohammed IV cree una Comisión Real con el propósito de examinar el Código del Estatuto Personal, sin embargo la oposición sigue expresándose con fuerza y las reformas no avanzan.
En Líbano, donde cada comunidad religiosa aplica sus propios códigos, leyes y reglamentos, se da un debate similar. De hecho, musulmanes (sunitas y chiítas), católicos, drusos, maronitas, griegos y sirios ortodoxos, israelitas están regidos por códigos comunitarios distintos. Las mujeres de la Marcha retoman la bandera de una batalla empezada años antes para exigir la instauración de un código civil independiente y sin relación con los códigos religiosos en materia de matrimonio y divorcio. Al respecto, una militante libanesa declara: "No seremos ciudadanas de segunda clase".
En ese país también se organiza una manifestación que se lleva a cabo el 24 de septiembre de 2000 en Beirut y a la cual se oponen las autoridades religiosas y prohíben a sus fieles participar a ella. Sin embargo, 3000 mujeres y hombres participan y cuentan con la presencia de delegaciones de los países vecinos (Túnez, Marruecos, Egipto, Jordania y Palestina).
En 2001, las mujeres siguen luchando por sus derechos.