Este comentario de una de las coordinaciones de la India (All India Democratic Women's Association - AIDWA) refleja la preocupación de las mujeres indias y su convicción sobre la necesidad de actuar con fuerza contra los efectos de la mundialización sobre su país.
En marzo de 2000, a raíz de un seminario celebrado en Nueva Delhi, esta organización publica un documento intitulado "Women Speak, United voices against globalization, poverty and violence in India" en el cual se analiza con gran detalle los efectos de la liberalización económica y de los programas de ajuste sobre las mujeres, sobre todo las que viven en las zonas rurales. En él se describen cómo se han ido degradando las políticas alimentarias a partir de los años noventa. Mientras que la población aumenta, el consumo medio de cereales disminuye en todos los estados, salvo en Kerale y en Bengal occidental. El apoyo a los programas públicos mengua y las tiendas subvencionadas están cada vez peor provistas, lo que obliga a las amas de casa a abastecerse en el mercado libre.
La apertura de la agricultura a las compañías extranjeras acarrea una transformación de los cultivos (acuicultura, horticultura en vez del cultivo del arroz tradicional). Otros cultivos se ven abandonados también creando desempleo. En el estado de Kerala, las mujeres destacan el gran impacto negativo de la caída de los precios de los cultivos de coco, hule...
El neoliberalismo tiene también un fuerte impacto sobre los programas sociales y se observan recortes del gasto público en materia de salud, así como deficiencia y falta de equipos de base (agua, electricidad, instalaciones sanitarias, etc.).
Las mujeres campesinas son las principales víctimas de todas estas políticas ya que sus ingresos se ven directamente afectados por la disminución de los precios de los productos agrícolas y por el hecho de que es sobre todo en las ciudades donde se ve un cierto desarrollo de los servicios.
Para eliminar la pobreza, las mujeres indias que se agrupan en el seno de la otra coordinación del país (National Alliance of Women - NAWO), reivindican la producción y distribución equitativa de alimentos y exigen que "el gobierno indio no ceda ante las políticas y presiones de las fuerzas de la mundialización", lo que significa, en particular, poner fin a los Programas de Ajuste Estructural, a las privatizaciones de los servicios de salud, la educación, las infraestructuras básicas así como el respeto de las normas laborales en las zonas francas.
Las mujeres luchan también por mantener todos los tipos de recursos con los que cuentan actualmente. El 8 de marzo de 2001, siguieron promoviendo los objetivos de la Marcha ya que, como lo indica una integrante de la coordinación AIDWA, "éstos guardan toda su actualidad, si se mira como en Delhi una decisión de la Corte Suprema prohíbe las actividades de las vendedoras de la calle, o como se están destruyendo las viviendas improvisadas y cuantas empresas cierran sus puertas".
NAWO por su lado sigue con sus trabajos de investigación de los efectos de la mundialización sobre la condición de la mujer y continua presionando los poderes políticos al respecto.