Este tema fue planteado por las representantes europeas, para quienes la liberalización del aborto y el derecho a la contracepción han sido luchas importantes durante la construcción del movimiento feminista de los años 70 y 80.
El aborto se practica en el mundo entero; y en los lugares donde es
ilícito, se lleva a cabo en la clandestinidad con consecuencias frecuentemente desastrosas para las mujeres.
"Informes sobre América del Sur y el Caribe muestran que es la principal causa de la mortalidad materna", destacó la delegada haitiana al mencionado encuentro.
El tema es político, y en ciertos países se requiere mucho valor para plantearlo. Practicar o hacerse un aborto puede llevar a la cárcel. "Las fuerzas de derecha y de extrema derecha atacan aún en los países donde se autoriza el aborto", confirmó la portavoz italiana.
En enero de 2002, en Portugal, diecisiete mujeres fueron llevadas a juicio por haber practicado un aborto o haberse sometido a uno. Las portuguesas, con las vascas y las gallegas establecieron una "Plataforma para el derecho a decidir".
En ciertas plataformas, la reivindicación del aborto se define claramente, sobre todo "cuando peligra la vida de la mujer, en caso de malformación del feto o de embarazo tras violación"(Honduras), o por razones terapéuticas (Perú). En Chile, las mujeres luchan por la venta de "la píldora de la mañana siguiente", cuya libre circulación ha sido prohibida, por dictamen judicial, resultado de las presiones y acciones de los grupos que se oponen al derecho de la mujer a decidir.
"Hay que prevenir los abortos clandestinos fortaleciendo el papel de las ONG, mediante atribución de medios destinados a atender y dar seguimiento a las mujeres que abortan, a las madres solteras y a los niños abandonados", señalan las marroquíes. Lo mismo reclaman las mujeres en Brasil y Nicaragua.
Las beninesas rechazan el aborto forzoso, las indias denuncian los feticidios (abortos selectivos) cuando el feto es de sexo femenino.
Salud reproductiva quiere decir optar o no por la esterilización. Las hondureñas exigen "que los Centros Hospitalarios no soliciten el consentimiento de los esposos para la esterilización de las mujeres, sobre todo cuando ha sido decisión de ella ".
Las haitianas reclaman la generalización de las consultas de planificación familiar, un mayor acceso a los medios de contracepción y a la educación sexual en las escuelas. Las brasileñas exigen que se legalice el aborto y que se practique en los centros públicos de salud.
Otros grupos, sobre todo en África, prefieren centrar sus reivindicaciones en la creación de centros de salud que ofrezcan condiciones seguras de alumbramiento (Angola, Chad, Congo-Brazzaville, Malí…).