Difícil es realizar un balance que logre plasmar debidamente la amplitud de la Marcha Mundial de las Mujeres, lo que ésta representó y sigue representando para miles de grupos y millones de mujeres del mundo entero. Hacer un balance significa tener que hacer selecciones, encontrar hilos conductores, sacar lecciones, un trabajo por definición misma reductor e ingrato que constituye, sin embargo, un momento importante para destacar nuestros logros e inspirarse de ellos para seguir trabajando. Se trata de un ejercicio al que hay que dedicar el tiempo necesario. Lo que hemos hecho. Tenemos tanto que decirnos, contarnos, tanto de que acordarnos y tanto por analizar que resulta imposible pretender haber abarcado la riqueza de todo lo que las mujeres han realizado para el año 2000 y desde entonces. Sabemos, sin embargo, que hemos logrado mostrar lo resueltas que están las mujeres y los movimientos feministas a cambiar el mundo. Hemos logrado también ilustrar que la solidaridad feminista mundial traducida en acciones es posible, a pesar de los diversos escollos, y que es portadora de cambio y esperanza.
Encontrarán en este balance un panorama de las reivindicaciones nacionales y mundiales que las mujeres involucradas en la Marcha han defendido, verán imágenes y palabras que describen todos los medios imaginados por las mujeres para hacerse oír, para hacer resonar sus voces en sus hogares, comunidades, países, en el mundo entero. Destacaremos también los logros alcanzados por algunas, las esperanzas reavivadas de otras y les daremos nuevas puertas de entrada que les permitirán ir más lejos para ver lo que las mujeres dicen, para conocer la mirada de las feministas sobre nuestro devenir colectivo y lo que proponen como alternativas. Tenemos la esperanza de que este balance despertará en ustedes el deseo de saber más sobre lo que otras mujeres han hecho, el deseo de continuar a actuar solidariamente, el deseo de unirse a nosotras para que advenga rápida, concreta y verdaderamente otro mundo construido sobre los principios de igualdad, justicia y paz.
Por qué tantas mujeres han marchado...
La Marcha Mundial de las Mujeres ha sabido vincular y denunciar dos realidades centrales del quehacer cotidiano de las mujeres: la pobreza y la violencia hacia las mujeres. Al plantear claramente la importancia de actuar para combatir la colusión del patriarcado y del capitalismo en la vida de un número creciente de mujeres en el mundo entero, al apoyarse sobre las luchas de las mujeres de las bases y sobre su determinación a sobrevivir y transformar el mundo, la Marcha atrae a miles de grupos, a millones de mujeres en movimiento. La Marcha les ofrece un medio para trabajar juntas local, nacional y mundialmente, una acción que permitió canalizar las exigencias de diversos grupos hacia plataformas feministas nacionales e internacionales. A diversos grupos les da también la oportunidad de asociarse dentro una acción concreta frente a un gobierno o instancia nacional, de crear nuevos lazos que dinamizan y fortalecen los movimientos de las mujeres. Cada grupo ha sabido apropiase de esta acción a su manera, conforme a sus realidades y a aquellas de sus aliadas, convirtiéndose así en un poderoso motor de cambio.
La Marcha Mundial de las Mujeres ha permitido poner de relieve los movimientos de mujeres, el análisis feminista, nuestros métodos de trabajo y movilización, nuestras reivindicaciones. Hemos podido dar visibilidad a la red de cambio que representamos en nuestras comunidades, ante nuestros gobiernos, ante las instancias políticas y financieras, permitiendo así al movimiento de mujeres afirmar su calidad de aliado de los movimientos sociales que ponen en tela de juicio la mundialización neoliberal actual. Nuestra participación al Foro Social Mundial de 2001 y 2002 se inscribe dentro de esta óptica, un foro que constituye un espacio privilegiado para multiplicar nuestros lazos e incidir en los diversos movimientos sociales con nuestro análisis feminista, nuestras acciones y alternativas. Es también el espacio en el cual podemos interpelar a los hombres para que se unan a nuestra lucha para acabar con la violencia hacia las mujeres y con las desigualdades fruto de su dominación, y construir otro mundo.
Con la Marcha, millones de mujeres del mundo se dotaron de una nueva herramienta de lucha contra el neoliberalismo, los integrismos y todas formas de violencias hacia las mujeres. Los acontecimientos del 11 de septiembre, los bombardeos y las restricciones de los derechos que acarrearon nos indican cuan urgente es hacer que se escuchen las voces de las mujeres en el ámbito internacional. Voces de mujeres afganas que llaman a la paz, que declaran con vigor que no es calificando a poblaciones enteras de eje del mal que se logrará construir un mundo sin terrorismo, que no es teniendo a poblaciones enteras en la miseria y la humillación que se podrá alcanzar un sentimiento de seguridad.
La Marcha Mundial de las Mujeres es heredera de todas esas mujeres que han luchado y siguen luchando en el mundo entero por el derecho al voto, el acceso al agua, a la tierra, a la educación, a la salud, contra la violación y las agresiones sexuales, la violencia intrafamiliar, por el derecho de decidir de su propio cuerpo y sexualidad, contra la negación de los derechos de las mujeres lesbianas, por la igualdad y la paridad salarial, por el reconocimiento del trabajo no remunerado de las mujeres, por el reconocimiento y los derechos de las mujeres incapacitadas, por el reconocimiento y los derechos de la mujer indígena, por la participación igualitaria en política, por una responsabilidad compartida respecto a los hijos y los quehaceres domésticos, por... Nos negamos a que futuras generaciones de mujeres se vean sacrificadas por las corrientes del pensamiento y las fuerzas ideológicas, económicas, culturales y religiosas que amenazan constantemente los derechos de la mujer
Declaramos que no podrá haber futuro para la humanidad sin el respeto de la integridad física y mental de las mujeres, sin igualdad entre mujeres y hombres. La Marcha Mundial de las Mujeres constituye un llamamiento a la resistencia, a las alternativas, a la acción colectiva y la solidaridad portadora de cambios. Nos pararemos jamás….
Comité de seguimiento de la Marcha Mundial de las Mujeres, Mayo de 2002.