Ya que los combates se han de proseguir sin cesar, y que los logros a veces son frágiles, los grupos miembros de la Marcha no menguan los esfuerzos por mantener vivas las redes feministas, de manera a poder reaccionar rápidamente a todo ataque contra los derechos de las mujeres.
La Red de Mujeres y la resistencia a la mundialización mantienen toda su importancia, a pesar de "la guerra que absorbe todo nuestro tiempo y todas nuestras acciones", indica una militante colombiana. En agosto de 2001, las mujeres organizaron una marcha en la región de la explotación petrolera, donde los grupos paramilitares hacen estragos. Se está constituyendo un Foro de Concertación de las organizaciones de mujeres colombianas que formulará proposiciones de paz.
Las mujeres de Hong Kong ponen en tela de juicio la política del gobierno sobre las trabajadoras y los trabajadores filipinos inmigrantes y denuncian la prostitución y la militarización en la región del sudeste asiático.
En Holanda, las mujeres han iniciado conversaciones con mujeres de varios países del mundo para "intercambiar informaciones, reflexionar sobre temas feministas, examinar la influencia de las nuevas tecnologías sobre el militantismo".
La movilización en Nueva-Caledonia se hace alrededor de la necesidad de otorgar recursos económicos a las mujeres de las tribus y de luchar por la aceptación de una enmienda legislativa que concede la paridad política a las mujeres de la isla.
Las mujeres guatemaltecas siguen transmitiendo sus reivindicaciones a las autoridades de justicia, al gobierno y a los ministros competentes. Reclaman asimismo que se enseñe la medicina alternativa natural y que se creen centros de reeducación para hombres violentos.
El comité de la Marcha en México propone el lanzamiento de una Campaña por los Derechos Económicos y Sociales de las mujeres alrededor de tres temas centrales: las políticas públicas, la economía solidaria y el cambio hacia una cultura sin violencia. El comité se propone llevar a cabo un evento nacional para la difusión de los resultados de la Marcha. Junto con otros grupos de mujeres, las mexicanas lograron bloquear el decreto presidencial que preveía un aumento del impuesto sobre la alimentación, la educación y las medicinas.
En Brasil, las mujeres se consagraron de pleno a la participación en Foro social mundial de Porto Alegre y siguen organizando marchas.
En junio de 2001, las mujeres haitianas intervinieron en un taller internacional sobre "Pobreza y Estrategia de Desarrollo" donde se encontraban representantes del FMI y del Banco Mundial.
El apoyo a la Intifada es el tema que se destaca en Palestina. La Marcha exige el respeto, por parte de Israel, de las leyes internacionales y de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, el retiro de la Zona de Gaza, de Jerusalén Este y el reconocimiento del Estado palestino. En Israel, en junio de 2001, unas 3.000 personas participaron en una noche de vigilia, junto con palestinas y palestinos de los territorios ocupados. Las dos comunidades deseosas de paz han llevado a cabo varias actividades conjuntas.
.... una labor por continuar
Queda mucho por realizar, y no se debe permitir que se disipe el capital de la movilización creado por la Marcha. "¿Cómo canalizar la creciente cólera de las mujeres y de otros movimientos? ¿Cómo hacer efectiva tan amplia movilización?", son preocupaciones de las quebequenses quienes también se preguntan si no habría que crear una alternativa política feminista y de izquierda, ya que "las luchas se inscriben en el tiempo".
¿Habría que revisar algunas estrategias, continuar a dedicar energías para lograr reformas de la ONU, del FMI y del Banco Mundial? ¿O acaso no habría que dedicarse más a los movimientos sociales?
En el análisis de la mundialización y sus efectos sobre las mujeres, el vínculo entre capitalismo y patriarcado permitió formular alternativas al sistema dominante, un análisis que ha permitido llevar a cabo acciones comunes en los dos campos.
Sin embargo todavía quedan preguntas sin respuesta. ¿Cómo compartir las riquezas? ¿Cómo mantener los servicios públicos e integrar realmente a las mujeres al mundo laboral? ¿Cómo multiplicar los logros a escala mundial para disminuir la violencia hacia las mujeres? La Marcha debe afinar sus respuestas a todos estos interrogantes.
De igual manera, tiene que proyectarse en todos los lugares donde se exprese la oposición a estos sistemas y estar presente en todas las conferencias internacionales. Se propone crear una red de alerta que pueda reaccionar a los ataques contra los derechos de las mujeres.
En donde quiera que se tomen decisiones, que se discutan las opciones para la lucha, la Marcha debe dar a conocer el análisis feminista para que éste no se diluya dentro de otros discursos y preocupaciones.
En 2001, se crearon nuevos grupos de trabajo que se interesan por estos temas, y por la utilización de Internet y las nuevas tecnologías como instrumentos de movilización.
Uno de los grupos trabaja sobre una revisión de la estructura de la Marcha. Las participantes desean involucrar más a las mujeres de los grupos de las bases, establecer contactos con las regiones donde la Marcha haya tenido escaso eco hasta ahora.
Se necesita una forma más participativa, más descentralizada de funcionar, teniendo más en cuenta las diferencias entre las mismas mujeres, lo que no siempre ha sido el caso, como lo destacan las mujeres indígenas.
Los años 2001 y 2002 han sido años de transición, balances, involucramiento y continuación, años de renovación y replanteamiento de las prioridades, enriquecimiento y actualización de las reivindicaciones, de exploración de nuevas formas de solidaridad y reafirmación constante de las antiguas. Han sido momentos ricos en reflexiones, y también en acciones y emociones.
Millones de mujeres se han unido a la Marcha Mundial de las Mujeres, una marcha que nació de una utopía, para después cobrar forma, forjar nuevas solidaridades y concretar preocupaciones comunes. Las mujeres han emprendido el camino con entusiasmo y determinación. Una determinación que ya nada podrá frenar.