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Seminario: “Construyendo Alianzas en torno a la Soberanía Alimentaria y Contra la Violencia Contra las Mujeres” - Carta abierta a nuestros movimientos

Documento elaborado por los movimientos Via Campesina, Amigos de la Tierra Internacional e Marcha Mundial de las Mujeres a partir de los debates realizados en el seminario “Construyendo Alianzas en torno a la Soberanía Alimentaria y Contra la Violencia Contra las Mujeres”, en Maputo (Mozambique), entre los días 26 y 29 de julio de 2010.
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En Maputo, Mozambique, nosotras las mujeres de LVC, MMM y ATI, de África y Asia nos reunimos en un seminario conjunto “Construyendo Alianzas en torno a la Soberanía Alimentaria y Contra la Violencia Contra las Mujeres”. Nos sentimos muy felices de poder compartir la riqueza de nuestras diversas culturas y experiencias.

Nos encontramos para fortalecer la autoestima de las líderes mujeres y para reflexionar sobre los desafíos de una coordinación política internacional con perspectiva de género. Nos reunimos para avanzar en la comprensión y análisis comunes en cuestiones de gran relevancia para las mujeres de nuestros tres movimientos. Apostamos a crear las bases para trabajar de forma sinérgica a nivel internacional y regional.
Este encuentro es un paso importante para analizar a partir de las experiencias cotidianas de las mujeres el momento actual, caracterizado por la negación del derecho de los pueblos a decidir cómo producir, distribuir y consumir sus alimentos, por la mercantilización y la privatización de la naturaleza, y por la permanencia de viejas formas de violencia contra las mujeres y el fortalecimiento de nuevas formas. Nos comprometemos a continuar enriqueciendo nuestras miradas, profundizar nuestros análisis comunes y desarrollar estrategias conjuntas que reconozcan, valoren y fortalezcan el protagonismo de las mujeres.
Durante estos días que compartimos hemos abordamos los temas de soberanía alimentaria, violencia contra las mujeres y cambio climático, con aportes de los tres movimientos, y avanzamos en la identificación de posibles estrategias que nos comprometemos a debatir en nuestros movimientos.

SOBERANÍA ALIMENTARIA

¿Qué es la soberanía alimentaria?

Es el derecho de los pueblos a definir sus propios sistemas y políticas alimentarias al interior de sus países sin ningún tipo de control externo. El principal objetivo es que las personas tengan control sobre la producción, procesamiento, y comercialización de los alimentos.

En lo que atañe a la relación entre las mujeres y la alimentación, las mujeres deberían tener control sobre los sistemas alimentarios, pero para esto es necesario resistir las tentativas de control capitalista sobre las mujeres. A pesar de que las mujeres son las principales productoras de alimentos del mundo, por ejemplo en África, donde el 90% de las mujeres están involucradas en el procesamiento de alimentos, en la recolección de leña, el abastecimiento de agua y en la agricultura, ellas continúan sin tener acceso a la tierra, a las semillas y al agua, y tampoco tienen derechos en la toma de decisiones.

Las mujeres que viven en las áreas urbanas no saben quién produce los alimentos que consumen, ni de donde viene la comida, y además ellas tampoco tienen opciones disponibles en los mercados. Más aun, las consumidoras muchas veces no tienen conocimientos sobre los alimentos tradicionales y sobre cómo conservaban los alimentos sus ancestros. El control del sistema alimentario a manos de las transnacionales es una de las causas de la crisis alimentaria.

Los pueblos que tienen soberanía alimentaria tienen seguridad alimentaria y alimentos nutritivos. Ellos mantienen la cultura alimentaria de sus comunidades. La soberanía alimentaria implica que las campesinas y campesinos tengan derecho a la tierra. El mercado, las transnacionales y el capitalismo no deberían controlar el sistema alimentario. La soberanía alimentaria garantiza que la tierra, el agua, las semillas y la biodiversidad permanezcan en las manos de quienes producen los alimentos, las campesinas y campesinos. La soberanía alimentaria no admite la discriminación de género.

Las pequeñas agricultoras y agricultores deberían tener la posibilidad de alimentar a sus pueblos con su producción, conservando sus semillas tradicionales y sus propios métodos de cultivo. Los países tienen derecho a proteger sus mercados locales/nacionales de los productos importados a bajo precio. La soberanía alimentaria respeta y reconoce el papel de las mujeres en la producción de alimentos.
La soberanía alimentaria es opuesta a los transgénicos. Para lograr la soberanía alimentaria necesitamos desarrollar la agricultura sustentable. Es tiempo de mantener viva nuestra agricultura tradicional. La gente necesita además cambiar sus estilos de vida y consumir sus propios alimentos tradicionales. Necesitamos un cambio sistémico de los sistemas de distribución globalizados.

El concepto de seguridad alimentaria no es un concepto de los pueblos, sino un concepto de los gobiernos cuya única preocupación es cómo aumentar la oferta de alimentos y cómo beneficiar a las transnacionales. Sólo mediante la soberanía alimentaria los pueblos podrán ejercer su libre determinación para decidir. Ahora que estamos frente a un paradigma de desarrollo sustentable, necesitamos cambiar la forma en que consumimos alimentos para lograr la soberanía alimentaria a nivel de nuestras comunidades y a nivel internacional.

Las mujeres tienen derecho a decidir cómo producir los alimentos. Las mujeres campesinas son las que han estado garantizando la calidad de nuestros alimentos. Necesitamos establecer una red de relaciones entre áreas urbanas y rurales.

Estrategias:

• Generar conciencia en torno a la soberanía alimentaria especialmente entre las mujeres
• Fortalecer la comunicación: acceso a la información, reuniones, etc
• Luchar contra los transgénicos, contra el acaparamiento de tierras y los monocultivos
• Construir alianzas entre movimientos (mujeres, pescadores/as artesanales, Pueblos Indígenas, trabajadores/as, etc)
• Contar con centros de información sobre soberanía alimentaria: sitio web, publicaciones, videos, etc.
• Programas de formación para mujeres y jóvenes
• Establecer centros de capacitación para campesinas y campesinos sobre producción ecológica, intercambio de semillas y un espacio de encuentro de consumidoras y productoras de alimentos
• Impulsar leyes de reforma agraria, e incidir para que se incluya la soberanía alimentaria en la legislación, programas y políticas nacionales
• Realizar acciones comunes de las mujeres o declaraciones en fechas especiales como el 17 de abril y el 8 de marzo.

VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

La raíz de la violencia contra las mujeres es la discriminación que sufren en la sociedad. Las mujeres trabajan en la agricultura tanto o más que sus compañeros, pero aún así, muchas veces los hombres se quedan con el dinero y deciden cómo gastarlo, o en muchos casos son ellos los únicos que participan en las instancias asociativas. Existen costumbres o tradiciones que niegan a las mujeres el derecho a la tierra. Las mujeres a menudo son excluidas de los procesos de toma de decisiones relativos al uso de la tierra, el agua y otros recursos. Aún hoy muchas familias no permiten que sus hijas continúen estudiando, y el analfabetismo es elevado entre las mujeres de las zonas rurales. Esta situación es alimentada por prejuicios, como por ejemplo, de que las mujeres son más frágiles y dependen de los hombres.

La violencia contra las mujeres es una forma extrema de perpetuar ese sistema de discriminación. La violencia adquiere varias formas, como por ejemplo, ataques con ácido, mutilación genital femenina, tráfico de mujeres, feminicidio, esclavitud sexual, preferencia por los hijos varones, casamiento forzado, entre otras formas físicas, sexuales o psicológicas.

La violencia contra las mujeres es perpetuada a través del silencio, la impunidad y de argumentos que culpabilizan a la víctima, como por ejemplo, castigar a la mujer por no comportarse bien, por no estar en el lugar adecuado, o por provocar la violencia.

Actualmente asistimos a un retorno de antiguas formas de violencia contra las mujeres y a un fortalecimiento de nuevas formas. Por ejemplo, cuando las empresas transnacionales se apropian de la tierra para la expansión de los monocultivos, las familias campesinas son expulsadas y las mujeres quedan más vulnerables porque ya no pueden asegurar su alimento y el de sus familias. En muchos casos ellas se ven obligadas a migrar y a encontrar empleos precarios sin derechos y en condiciones de explotación. Los monocultivos en general sólo demandan trabajo asalariado por períodos breves durante el año, obligando a que las mujeres tengan que recurrir a la prostitución para sobrevivir el resto del año (conocida como prostitución zafral en las áreas rurales). Los grandes proyectos de minería y la presencia de bases militares destruyen el medioambiente e incentivan relaciones desiguales de género dentro de las comunidades. Por ejemplo, la prostitución se convierte en una de las únicas formas de ganar dinero para las mujeres. Nosotras somos además testigo de una creciente difusión de interpretaciones religiosas que no favorecen los derechos de las mujeres. La religión es manipulada de forma tal que provoca conflictos entre las comunidades y el aumento de la violencia. La violencia sexual y las violaciones son cada vez más usadas como armas de guerra contra las mujeres luchadoras en el marco de una creciente criminalización de la lucha social.

Queda aún mucho por hacer, pero nosotras percibimos que existe una mayor conciencia entre las mujeres y un debate más amplio sobre la violencia contra las mujeres como un problema del conjunto de la sociedad. Crecientemente se avanza hacia un derecho de familia más justo, y en leyes de prevención y de lucha contra la violencia contra las mujeres, así como en la prestación de servicios para las mujeres en las áreas jurídica, médica, social y económica, ya sea a cargo del Estado o de las ONG. Sin embargo, estos avances son menos visibles en las zonas rurales.

Estrategias:

• Continuar realizando talleres y mejorarlos, con métodos de educación popular, y aumentar la comunicación escrita y por otros medios, como por ejemplo programas radiales, folletos, etc, en los idiomas locales, sobre los derechos de las mujeres y cómo combatir la violencia contra las mujeres.
• Fortalecer las iniciativas económicas de las mujeres a fin de reducir su vulnerabilidad en todas las situaciones de abuso y violencia.
• Expresar nuestra solidaridad con las mujeres y grupos de mujeres que exigen castigo para los perpetradores de violencia contra las mujeres y el desmantelamiento de las mafias de tráfico de mujeres.
• Continuar fortaleciendo nuestra acción política para que sean respetadas las leyes pertinentes y las demandas de servicios de apoyo a las víctimas, especialmente en las áreas rurales. Intercambiar información y experiencias de buenas prácticas en materia de prevención y justicia frente a la violencia contra las mujeres.
• Fortalecer nuestra lucha contra la militarización de nuestras sociedades, especialmente contra la presencia de bases militares estadounidenses y tropas de ocupación, y contra el uso de la violencia contra las mujeres como un arma de guerra, y de los cuerpos de las mujeres como botín de guerra.
• Profundizar el debate entre nuestros tres movimientos sobre la relación existente entre el patriarcado y el capitalismo. El debate servirá para mejorar nuestras acciones comunes contra la OMC, las transnacionales, y la explotación del trabajo y la naturaleza.

CAMBIO CLIMÁTICO

Consideramos que para enfrentar el cambio climático se tiene que desmantelar el actual modelo político y económico neoliberal liderado por las grandes empresas, que provoca el cambio climático, degrada el medioambiente y destruye los medios de sustento (lo cual reduce la resiliencia humana y ecológica frente al cambio climático).

No podemos permitir que una elite ponderosa se continúe beneficiando a expensas de la mayoría empobrecida. Una elite que es responsable de la explotación insustentable de nuestro patrimonio natural, que impulsa la mercantilización de la vida, la privatización de los servicios públicos, y el creciente control de la producción y el comercio a manos de pocas empresas transnacionales muy poderosas.

Para ser efectivas, las medidas tendientes a enfrentar el cambio climático tienen que basarse en una transición fundamental a sociedades justas y sustentables. Todas las medidas deberían estar dirigidas a la consecución de la justicia climática y la promoción de la soberanía de los pueblos.

Los mecanismos de financiamiento para el clima adoptados hasta el momento, tales como el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) del Protocolo de Kyoto, son problemáticos y no resolverán el cambio climático. Los mismos ofrecen a los países ricos, elites, empresas -incluyendo bancos, inversionistas y financistas- una vía para lucrar, al tiempo que expanden su poder e influencia sobre los sistemas económicos y mantienen en sus manos el control de las respuestas a problemas mundiales como el cambio climático. Estos mecanismos no están diseñados para atacar las principales causas del cambio climático.

Los países desarrollados deben a los países en desarrollo una deuda de enormes dimensiones y de larga data, debido a su uso intensivo de combustibles fósiles que ha generado la emisión de cantidades excesivas de gases de efecto invernadero en la atmósfera que compartimos todos y todas. La deuda climática es parte de una deuda ecológica más amplia que el Norte global debe al Sur global como resultado de siglos de explotación del patrimonio natural de las naciones empobrecidas, que fue impuesta por las políticas y prácticas económicas coloniales y neoliberales.

Estas deudas ecológica y climática se siguen acumulando en la medida que se continúan saqueando y degradando los bienes naturales. Los programas de liberalización económica impuestos por los gobiernos del Norte y las instituciones financieras internacionales, como el Banco Mundial, continúan obligando a los países del Sur a abrir sus fronteras para permitir la explotación de sus recursos. La transformación forzada de estos países en economías dependientes de las exportaciones les está negando a las comunidades el derecho de acceder a sus propios recursos, exacerbando su vulnerabilidad frente al cambio climático.

Estos países, empresas e instituciones que promueven un enfoque neoliberal para enfrentar el cambio climático, proponen un conjunto de “soluciones” fundadas en el mismo modelo injusto que generó la crisis en primer lugar.

Entre estas falsas soluciones se encuentran los agrocombustibles, los monocultivos agrícolas y forestales, las grandes represas hidroeléctricas, la energía nuclear, la captura y almacenamiento de carbono, la modificación genética y otras opciones insustentables. Muchas de ellas requieren grandes extensiones de tierra y a menudo generan conflictos violentos por la tierra y los territorios. Socavan los derechos y la soberanía de los pueblos, y destruyen los bienes y el patrimonio natural y cultural. También se corre el riesgo de que gran parte de los bosques que quedan en el mundo se incluyan en los esquemas de compensación de carbono y en los mercados de carbono, lo que socavaría de manera significativa los derechos de los Pueblos Indígenas, campesinos y campesinas y comunidades locales a la tierra y el territorio.

El Banco Mundial está tratando de imponerse como el banquero mundial del clima a través de su Unidad de Financiamiento del Carbono (que compra créditos para la reducción de emisiones directamente) y sus Fondos de Inversión Climática (que actualmente canalizan gran parte de los fondos para medidas relacionadas al cambio climático en los países en desarrollo). Los bancos regionales de desarrollo también están aumentando los fondos de inversión y los préstamos que otorgan. Sin embargo, estas mismas instituciones continúan financiando la extracción y el uso de combustibles fósiles: el Banco Mundial, por ejemplo, es el mayor prestamista multilateral para proyectos de inversión en petróleo y gas, y más del 80% de todos los proyectos petroleros que financia son utilizados para exportar lo producido a los países ricos del Norte.

Estas falsas soluciones son atractivas para las grandes empresas transnacionales porque facilitan su acceso a los mercados internos y recursos naturales del Sur global. Las empresas apoyan en especial el MDL, que les permite acceder a grandes subsidios adicionales, incluso para realizar operaciones insustentables en el Sur, vendiendo los créditos de carbono generados. Las empresas tienen también un papel importantísimo en las operaciones de los mercados de carbono, y actúan como corredores de bolsa, certificadores, consultores y grupos de presión.

Estrategias:

• Generar conciencia en todos los niveles sobre la necesidad de alcanzar la justicia climática.
• Generar conciencia sobre las causas estructurales del cambio climático y la amenaza que representan las falsas soluciones, especialmente entre las mujeres en las bases, comunidades, sindicatos y organizaciones de estudiantes.
• Producir materiales accesibles sobre justicia climática y falsas soluciones (en términos de lenguaje y estilo) en vario formatos (por ejemplo manuales), desde la perspectiva de las mujeres.
• Generar conciencia sobre la relevancia de lo que está en juego en la CoP de 2010 en Cacún y en la CoP de Ciudad del Cabo en 2011, organizar nuestra presencia en dichos foros para impedir que las falsas soluciones, como los mecanismos de mercado y los mecanismos de compensación, sean impuestas; y movilizarnos juntas siguiendo el llamado de la VC por 1.000 Cancunes.
• Denunciar los impactos de los agrocombustibles en África y Asia, y presionar a los gobiernos en los países donde los agrocombustibles son producidos y donde son comercializados para detener y revertir su expansión.
• Denunciar al Banco Mundial y su estrategia de controlar el financiamiento para el clima y convertirse en el banco del clima.
• Denunciar el entendimiento de Copenhague por servir a los intereses del Norte global y de las corporaciones. Utilizar el Acuerdo de los Pueblos de Cochabamba como plataforma política para la movilización, y para defender la justicia climática.
• Lograr mayor apoyo del público y movilizarnos en torno al llamado por el reconocimiento y la reparación de la deuda climática.
• En el marco de nuestra lucha para enfrentar las causas estructurales del cambio climático y las falsas soluciones, abordaremos y emprenderemos acciones sobre los siguientes temas: derechos de propiedad intelectual, tanto sobre las semillas como las tecnologías, semillas y cultivos transgénicos, energía nuclear, agrocombustibles, REDD (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación); plantaciones y monocultivos.

AGENDA

Eventos internacionales y regionales

• Realizar acciones comunes el 8 de marzo (Día Internacional de la Mujer), 17 de abril (Día internacional de la lucha campesina), 16 de octubre (Día Mundial de la Soberanía Alimentaria)
• Utilizar los eventos internacionales para promover la soberanía alimentaria, tales como la cumbre del G20 en Corea del Sur, en noviembre de 2010; y la COP 16 en Cancún, México, en diciembre de 2010.
• Utilizar los eventos regionales para promover la soberanía alimentaria, tales como la cumbre de ASEAN en septiembre de 2010 en Hanoi, la 30ª Conferencia regional de Asia Pacífico de la FAO.
• Conferencia sobre Acaparamiento de Tierras en Gana, organizada por ATI en septiembre de 2010.
• Cumbre de las mujeres y pueblos de América contra la militarización, del 17 al 23 de agosto en Colombia.
• 13 al 17 de octubre de 2010, culminación de la III acción internacional de la MMM en Bukavu, República Democrática de Congo.
• Seminario de la Asamblea de Movimientos Sociales del 5 al 7 de noviembre de 2010 en Senegal.
• Semana da Acción contra OTAN, 15 al 21 de noviembre de 2010, Lisboa, Portugal.
• FSM de 2011 en Senegal
• Conferencia sobre Alimentación y Hambre en África en 2011 (propuesta por ATI hay que planificar)
• Foro Internacional contra los agronegocios en 2011 (propuesta por ATI hay que planificar)

 

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Last modified 2010-09-15 06:05 PM
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