El 6 de octubre de 2001, cuarenta y cinco representantes de los grupos participantes de la Marcha Mundial de las Mujeres se reúnen en Montreal, en un primer gran encuentro físico en el "post-17 de octubre de 2000".
Durante varios días, las participantes de la Marcha debaten del devenir del movimiento.
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Entre tanto, no cesaron los intercambios electrónicos y por Internet entre las mujeres del mundo y la Marcha participó a diversas acciones contra la mundialización neoliberal. En varios países se realizaron balances y prepararon acciones futuras. La reflexión no deja de madurar a la luz de la evolución mundial: agravación del conflicto en Palestina, atentados del 11 de septiembre en los Estados Unidos, acrecentamiento de las crisis económicas relacionadas con el modelo económico liberal dominante.
Con la acción viene la determinación
La insatisfacción causada por las respuestas de organismos internacionales a los cuales las mujeres hicieron entrega de sus reivindicaciones en octubre de 2000 es generalizada.
"Nos regresaron a nuestros Estados", comenta una mujer nigeriana. "Dimos un primer paso, pero en mi opinión, deberíamos abrir otros espacios para llevar la voz de las mujeres en el futuro", escribe una participante de Nepal. "No hemos alcanzado nuestros objetivos en la lucha contra la pobreza, las respuestas que nos dieron el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, no fueron ni claras, ni efectivas", señala una congolesa.
Las observaciones hechas durante el encuentro de octubre apuntan en el mismo sentido. Las participantes confirmaron "la falta de voluntad política en cuanto a la aplicación de los grandes convenios y protocolos internacionales, sobre todo aquellos que conciernen las mujeres", por parte de los tomadores de decisiones tanto políticas como económicas que la Marcha interpeló en el ámbito internacional (ONU, FMI). Éstos " no hicieron el más mínimo gesto que permitiera esperar un cambio de rumbo en sus orientaciones y acciones."
Todas las razones que han impulsado a las mujeres a marchar siguen en pie. En el encuentro de octubre de 2001 se decidió por consiguiente mantener los dos temas de la Marcha (eliminar la pobreza y la violencia hacia las mujeres) y aumentar su presencia entre las mujeres de las bases así como dentro del movimiento antimundialización, sin permitir que en él se diluyan las reivindicaciones feministas.