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EL G8 Y LAS MUJERES:

Mayo de 2002
■ ■ ■

El 26 y 27 de junio, en Kananaskis, pueblito situado en las montañas Rocosas en la provincia canadiense de Alberta, se reúne, bajo la presidencia de Canadá, el G8 lejos del escrutinio público. Tres temas están al orden del día:

    La lucha contra el financiamiento del "terrorismo"
  • El crecimiento económico y social
  • La Nueva Sociedad para el Desarrollo Africano (NSDA) (NEPAD, en inglés)

Decidimos publicar este número especial del Boletín de Enlace de la MMM con el propósito de divulgar la información sobre esta importante reunión y comunicarles la urgencia de actuar. Optamos por tratar en prioridad el punto sobre de la Nueva Sociedad para el Desarrollo Africano (NSDA) pues es éste un tema de suma importancia para la mujer africana y sobre el cual se dispone de muy poca información.

A la hora de escribir estas líneas, en los países africanos grupos cada vez más numerosos de la sociedad civil se están organizando para hacer que se escuchen sus voces y exigir de sus gobiernos respectivos que hagan de las preocupaciones de la población y los derechos humanos el centro de sus estrategias de manera a inscribir la NSDA en una óptica de desarrollo sostenible.

La Marcha Mundial invita a los grupos de mujeres, particularmente en África, a involucrarse en estas luchas, reiterando elementos del análisis feminista y del impacto particular que tiene la NSDA sobre las mujeres. Exhortamos también a las mujeres de los países miembros del G8 a denunciar el proceso y criticar el contenido de la NSDA ante sus gobiernos. Los otros países del mundo tienen también un papel que desempeñar emprendiendo acciones o actividades de educación popular en solidaridad con las mujeres africanas, sobre todo durante la semana de la reunión del G8, del 21 al 28 de junio.

¡Tenemos que actuar todas juntas para continuar nuestra lucha contra el sistema económico internacional, cuyo profundo desequilibrio y creciente inequidad impactan negativamente sobre el desarrollo de África y sobre todos los países del Sur! Debemos también oponernos a todo proyecto que signifique un retroceso de los derechos de la mujer y que fortalezca los valores patriarcales.



SOMERO:

  • ¿QUÉ ES EL G8?
  • ¡¡UNA NUEVA SOCIEDAD PARA EL DESARROLLO AFRICANO… SIN LAS MUJERES DE ÁFRICA!!
  • PROPUESTAS PARA CAMBIAR DE RUMBO

  • Boletín de Enlace, Mayo 2002, Vol. 5, numéro 2

    ¿QUÉ ES EL G8?

    En el G8 se reúnen los 7 países más industrializados del planeta (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón). Desde la admisión de Rusia en 1997 se le llama el G8 aún si este país está excluido de las deliberaciones económicas y financieras. Una vez por año, los dirigentes de estos países organizan un encuentro - entre amigos, es decir entre ¡hombres, poderosos, ricos y mayoritariamente blancos! - para hablar de los grandes temas de actualidad. Sin embargo, nadie los ha elegido, ni designado, democráticamente para que se ocupen, solos, del futuro del mundo: el G8 no tiene absolutamente ninguna legitimidad política.

    ¡Una trayectoria "ejemplar"!

    La realidad demuestra, año tras año, la siniestra sumisión de estos políticos ante la muy visible mano fuerte del mercado. Por ejemplo, en 1994, el G7 se pronuncia a favor de la flexibilidad del empleo y de los costos laborales según las orientaciones de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo económico, un club compuesto principalmente por países ricos) y de los grandes patrones de la economía global; en 1996 el G7 intima a los países del Tercer Mundo a que creen un entorno propicio para los inversionistas; en 1997, este grupo se dice preocupado por la deuda de los países pobres, pero insiste en que sea pagada integralmente; en 1998, en plena y catastrófica crisis financiera, el G8 recomienda a los países asiáticos, que las decisiones del FMI llevaron a la ruina, obedecer escrupulosamente a las consignas de este mismo organismo; en 1999, en Colonia, Alemania, el G8 bajo la presión de una petición internacional apoyada por 24 millones de firmas promete anular la deuda pública de los 41 países más pobres; en 2000, en Okinawa, Japón, el G8 reconoce que no cumplió con su compromiso y volvió a prometer anular la deuda de los países más pobres y en 2001, reunido en Génova, Italia, éste reconoce de nuevo su incapacidad (o más bien su rechazo) de reducir la deuda de los países más pobres, sólo se registran algunos insignificantes logros. Las demandas de los dirigentes africanos que viajaron a Génova con motivo del G8 fueron consideradas inadmisibles. Mientras que en las calles la policía mata a un joven manifestante, los jefes de estado del G8 repiten su credo: Es mediante la libertad de comercio y de inversión que se fomenta el crecimiento y se reduce la pobreza en el mundo.

    ¿Y las mujeres?

    Se puede, sin temor a equivocarse, afirmar que las mujeres ¡están muy lejos de las preocupaciones de esos señores! Jamás han sido objeto de compromisos serios, sino para reiterar la idea según la cual, desde una óptica neoliberal, es "rentable" invertir en las mujeres... Y no hay por qué asombrarse ya que el G8 es el buque insignia de la mundialización actual, capitalista, racista, sexista y destructora del medio ambiente, como se le califica en la Declaración final de la Cumbre de los Pueblos de América en abril de 2001. El G8 es el club de accionistas de la economía mundial, resueltos a proteger únicamente sus propios intereses, es el grupo de países que ejerce mayor influencia dentro de las instituciones financieras internacionales como la OMC, el BM y el FMI, ¡a quienes la Marcha Mundial exigió, en octubre de 2000, cambiar de rumbo! ¡Nos toca a nosotras continuar nuestras acciones y obligar a estas instituciones a cambiar de rumbo!


    Boletín de Enlace, Mayo 2002, Vol. 5, numéro 2

    ¡¡UNA NUEVA SOCIEDAD PARA EL DESARROLLO AFRICANO… SIN LAS MUJERES DE ÁFRICA!! (1)

    Durante la reunión en Kananaskis (Alberta, Canadá) los jefes de Estado del G8 van a examinar la situación de África a raíz de una propuesta de Nueva Sociedad para el Desarrollo Africano (NSDA), que iniciaron algunos jefes de estado africanos.

    Versión moderna del colonialismo

    Si bien es cierto que esta iniciativa permite dirigir los proyectores sobre el "continente olvidado" por la comunidad internacional uno no puede, sin embargo, dejar de ver hasta qué punto los reflejos paternalistas y colonizadores del Norte resurgen con fuerza en esta NSDA.

    A modo de demostración se puede mencionar la reciente gira del Primer Ministro de Canadá a África, ¡donde visitó 6 de los 53 países en 9 días!. "Como presidente del G8 este año me comprometí a consultar a los africanos sobre un plan de acción para África con el propósito de trabajar con los gobiernos africanos resueltos a obrar por el bien de sus conciudadanos con el fin de instaurar una paz y una seguridad duraderas, a fortalecer la gobernabilidad democrática y atacarse a la salud y la educación y a liberalizar el comercio y las inversiones"(...) El mensaje que el Sr. Chrétien llevará a sus homólogos africanos consistirá en hacerles entender que cuanto más tendencia tendrán a ir hacia una buena gobernabilidad, más se les recompensará en términos de los diferentes programas especiales de ayuda que los países del G8 van a establecer" (La Presse, 30 de marzo de 2002). Y al terminar su recorrido, afirma sin pestañear, "Quedé muy impresionado por la cohesión que existía entre todo el mundo, había un enfoque común y todos hablaban de lo que se necesitaba para volver a poner a África sobre la agenda mundial y para crear un clima propicio a la inversión".

    Un proceso mantenido secreto

    El G8 está planeando el porvenir de África… sin los africanos ni las africanas. De hecho, en África nadie ha oído hablar de la NSDA. Desde el inicio de este proceso, se ha ignorado a las organizaciones de la sociedad civil africana, la población en general y las mujeres en particular. Sólo se invitó a asociarse con tal proyecto a algunas de las élites allegadas a los medios occidentales. Esta importante falla suscita serias dudas en cuanto al lugar que se otorgará en este plan a la democracia participativa y a las preocupaciones de las poblaciones marginadas y excluidas entre las cuales se encuentran las mujeres. ¡Todo el trabajo que se viene realizando desde décadas, en particular por las mujeres, ha sido sistemáticamente ignorado!

    Un plan de desarrollo… ¡para asegurar que continúe el subdesarrollo!...

    La NSDA, como tantos otros proyectos anteriores para el desarrollo de África, no tiene en cuenta los problemas reales de las poblaciones africanas en general y de las mujeres en particular. Esto bien demuestra cuanto sigue pesando la influencia de los que se llaman "desarrollados" sobre esta NSDA, que varios consideran una nueva forma de explotación del pueblo africano, una brecha que los dirigentes africanos abren a los poderosos del mundo para defender la mundialización neoliberal tan denunciada por los movimientos sociales. Presentamos a continuación algunos aspectos de este nuevo plan:

  • La estrategia económica de la NSDA pretende hacer que África se vuelva "atractiva" para los inversionistas extranjeros, y cuenta con que el sector privado asegure el crecimiento y por ende erradique la pobreza. Sin embargo, desde hace mucho que nosotras sabemos que el crecimiento económico en sí no garantiza la reducción de la pobreza; y que si no se respetan los derechos y se protege la equidad éste contribuye, por el contrario, a ensanchar las brechas. Sin contar, además, sobre ninguna garantía de que las inversiones privadas vayan a África, ya que éstas han pasado de 10 % en 1990 a menos de 3 % en la actualidad.
  • En la NSDA se están repitiendo los errores del pasado al silenciar los efectos devastadores que los programas de ajuste estructural de las últimas décadas han tenido sobre las poblaciones, en primer lugar sobre los niños y las mujeres. Los programas de ajuste estructural son en apariencia independientes de toda consideración de género, pero han sido más exigentes hacia las mujeres que hacia los hombres, tanto en el sector formal como en el sector no organizado de la economía. Redujeron los servicios esenciales para la protección de la familia, y en numerosos casos socavaron los logros que las mujeres han alcanzado en las tres décadas anteriores. (ONU, 1995, Engendering Adjustment for the 1990's: Report of a Commonwealth Expert Group on Women and Structural Adjustment, Londres, 1989)
  • Se pasaron estratégicamente bajo silencio las verdaderas causas del subdesarrollo y como solución lo que se propone es esencialmente incorporar el continente sudafricano a la mundialización neoliberal actual, sin poner en tela de juicio la desigualdad creciente en la relación de fuerza entre los países del Sur y los países "sobredesarrollados", los intercambios cada vez más desiguales, el deterioro de los términos de cambio (ej. : el café que antes se vendía a $4,81 sobre el Mercado internacional se vende hoy a $1,90 cuando, además, los precios de los productos manufacturados no han cesado de aumentar). Si bien la mundialización ha tenido efectos catastróficos sobre África, el remedio que propone la NSDA es... ¡TODAVÍA MÁS MUNDIALIZACIÓN!
  • La "buena gobernabilidad" que exigen los países donadores se limita a la buena gestión administrativa de las medidas impuestas por las instituciones financieras internacionales (reducción de las intervenciones del Estado en el ámbito de los programas públicos, desregulación, etc.) y sin que los gobiernos africanos tengan que rendir cuenta alguna a sus poblaciones.

    Desarrollar África… ¡sin las mujeres africanas!

    Lograron los diseñadores de la NSDA la hazaña de proponer un plan de desarrollo para todo un continente… que hace la vista gorda sobre las desigualdades de género y los problemas que surgen a razón de ellas. Es verdad que la NSDA declara querer promover el papel de las mujeres en las diversas actividades, sin embargo no se otorga un papel central a las mujeres en este documento con el que se pretende trazar el porvenir del continente africano.

  • El análisis diferenciado que se hace en función del género no es transversal, ¡y se descubre con asombro que en la sección sobre la agricultura no se menciona el papel esencial que desempeñan las mujeres en ese neurálgico sector para la supervivencia de las poblaciones!
  • La explosiva combinación creada por una creciente militarización en nombre de la lucha contra el terrorismo y por la cohesión aún mayor que existe entre las instituciones financieras internacionales y las grandes empresas, a raíz del Consenso de Monterrey, constituye un gran obstáculo para el respeto de los derechos de las mujeres y el mejoramiento de sus condiciones de vida.
  • El modelo de desarrollo propuesto sigue siendo el neoliberal, conocido desde hace tiempo como un factor de fortalecimiento de las normas, valores y sistemas patriarcales basados sobre la exclusión de la mujer de la vida económica y política, sobre la falta de reconocimiento de su trabajo "invisible", o del "visible", pero mal o no remunerado, principalmente en el sector informal, sobre las inequidades salariales, sobre la división del trabajo en función del sexo, siendo las mujeres las que se encuentran en los trabajos peores pagados, de mayor precariedad y menor oportunidad de avanzar.
  • A las mujeres se les "encasilla" de entrada en "proyectos femeninos", ya sea sobre salud, educación, capacitación o microcrédito, y la NSDA sigue haciendo caso omiso de las causas estructurales de las desigualdades de género (leyes discriminatorias, normas culturales, desarrollo centrado sobre los hombres, etc.) y de las transformaciones necesarias a escala macroeconómica (política fiscal, gasto público, prioridades en materia de inversión, reforma agraria, etc.), esferas en las cuales está muy poco presente la mujer.
  • En la NSDA nunca se menciona el importante papel que las mujeres desempeñan en las sociedades africanas, su verdadera participación en la vida económica y las alternativas que ellas proponen.

    La paz, condición indispensable para el desarrollo africano

    No se puede llevar a cabo ningún proyecto de desarrollo en un contexto donde predomina la guerra, la corrupción, la represión, el tráfico de armas, la ausencia de imputabilidad de los dirigentes políticos. Las mujeres africanas militan desde hace décadas contra los conflictos bélicos interminables, las dictaduras, la marginación de las mujeres de todos los centros en donde se toman las decisiones respecto de estos conflictos que, dicho sea de paso, son alimentados por los llamados "poderosos del mundo" en su afán por controlar los recursos y mantener al continente africano en una situación de dependencia económica.

    (1) Este análisis se inspira ampliamente del texto de Zo Randriamaro, The NEPAD, Gender and the Poverty Trap : the NEPAD and the challenges of financing for development in Africa from a gender perspective.


    Boletín de Enlace, Mayo 2002, Vol. 5, numéro 2

    PROPUESTAS PARA CAMBIAR DE RUMBO

    En el año 2000, teníamos 2000 buenas razones para marchar y exigir a los dirigentes políticos y económicos de este mundo un verdadero cambio de rumbo. Dos años más tarde, se suman otras razones incluyendo las políticas que el G8 preconiza. Invitamos a todas las mujeres de la Marcha a continuar la lucha para exigir:

    1. Un radical cuestionamiento de las instituciones financieras internacionales (BM, FMI, OMC) y de sus "clubes de compinches" (Forum Económico Mundial, G8, G20, OCDE), todas entidades ilegitimas que existen únicamente por el poder del dinero y de las armas. Unas organizaciones financieras internacionales al servicio de las poblaciones deben ser democráticas, transparentes, responsables ante los parlamentos, y someterse a las cartas, pactos, convenios y protocolos internacionales que garantizan los derechos humanos y la igualdad entre mujeres y hombres. Estas organizaciones deben rendir cuentas a la ONU, pero a una ONU ella misma reformada sobre todo en cuanto a su Consejo de Seguridad se refiere, hasta ahora dominado por el mismo club de países con derecho de veto.

    2. Una verdadera y solidaria alianza con África que rompa con las reglas de intercambio desigual entre los países ricos y este continente, y con la ortodoxia neoliberal, que ponga fin a las guerras alimentadas por los comerciantes de armas de los países miembros del G8, y que cree las condiciones propicias a un desarrollo basado en la igualdad entre los sexos, el respeto de los derechos humanos y del medio ambiente, que favorezcan soluciones económicas originales provenientes de las fuerzas populares, mecanismos de acceso equitativo a los recursos económicos y procesos que fortalezcan la democracia participativa y el buen gobierno, que pongan fin al apoyo brindado por las grandes potencias a los dictadores o dirigentes africanos, que consideren la participación de la mujer al proceso de desarrollo social, cultural y económico y que involucren de manera importante a las mujeres en la vida política nacional.

    La dimensión de género debe ser incorporada en todo plan de desarrollo y aplicada a todos los sectores de la vida.

    Entre las medidas aptas a liberar el desarrollo proponemos las siguientes: la inmediata y total anulación de la deuda, la cual no es más que el nuevo rostro del colonialismo en África. Se trata de una deuda inmoral, ilegal e ilegitima; el fin de los programas de ajuste estructural que mantienen a los países pobres bajo el yugo de los países ricos y que son una de las causas importantes del empobrecimiento de las poblaciones; la liberación efectiva y la inversión de 0,7 % del producto nacional bruto (PNB) de los países ricos para ayudar a los países en vía de desarrollo... ¡¡una promesa que remonta a más de 25 años!!

    3. Estados que sean custodios de los derechos humanos y del bienestar común.
    Los mercados ejercen toda su influencia para obtener que los gobiernos reduzcan al mínimo el papel del Estado, el cual es considerado, a razón de sus leyes, reglamentos, subvenciones, como un obstáculo al libre comercio. Su intención es limitar la acción del Estado a un verdadero mínimo. Pero una sociedad sin Estado, dejada únicamente a las fuerzas del mercado está condenada a la miseria, a la guerra y a la ley del más fuerte. Queremos Estados que intervengan activamente para fortalecer la democracia representativa y participativa, para asegurar una distribución equitativa de la riqueza, para instaurar y mantener servicios públicos de calidad que sean universales, accesibles y gratuitos (particularmente en cuanto a la salud y la educación), para luchar contra la violencia hacia las mujeres, y para garantizar el pluralismo de la sociedad.

    4. La igualdad entre las mujeres y los hombres

    5. Una medida inmediata para la distribución de la riqueza: la imposición de las transacciones financieras (en particular el Impuesto Tobin)
    No se pretende solucionar de manera definitiva el problema de la especulación con sólo el Impuesto Tobin, y aún menos las desigualdades crecientes, pero con él se puede al menos entrabar el rodaje bien engrasado de la especulación financiera. Esta medida se sitúa dentro de la serie de otras propuestas emergentes de imposición del capital y permitiría liberar un fondo mundial importante dedicado al desarrollo social y democrático y al cual las mujeres tendrían un acceso prioritario. Se trata además de un objetivo realizable a corto plazo.

    6. Medidas concretas para erradicar la criminalidad financiera
    La criminalidad financiera es incompatible con el desarrollo de los pueblos, pervierte al comercio y constituye un robo legalizado al permitir a financieros, empresas, dirigentes políticos y demás esconder "su" dinero y sustraerlo de esa manera al fisco, a las leyes y reglamentos estatales... sin mencionar el blanqueo del dinero sucio. Exigimos el fin de los paraísos fiscales y del secreto bancario.

    7. Fin de las políticas bélicas
    No hay porvenir para la humanidad si se diseñan políticas de guerra, las cuales en nombre de la lucha contra el " terrorismo " transforman las sociedades en campos de batalla o en fortalezas protegidas artificialmente. Las mujeres, las niñas y los niños son los primeros en sentir el impacto de la guerra. Nosotras proponemos la negociación política de los conflictos, el fin d la industria armamentista y el desarrollo de una cultura de paz. Las mujeres deben estar presentes en cada una de las etapas de planificación y realización de las medidas de prevención y de resolución de los conflictos armados.

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    Last modified 2006-05-02 01:28 PM
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