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Dónde se necesita el cambio - la Marcha Mundial De Las Mujeres y el debate acerca del futuro del FSM – febrero 2008

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Damos la bienvenida a esta oportunidad para abordar el tema del Foro Social Mundial como una estrategia para construir este otro mundo que estamos buscando.  Queremos contribuir a este debate con un análisis feminista de la presente geopolítica, así como un análisis del momento en el que están los movimientos y organizaciones y cómo el FSM ha contribuido y podría continuar contribuyendo a efectuar cambios.

Situación – elementos para construir un análisis común

Para millones de mujeres alrededor del mundo, la vida cotidiana significa luchar por sobrevivir económicamente, comer, no ser violada, maltratada, no tener hijos que no deseamos tener,  tener los/las que sí queremos y asegurarnos de que tengan todo lo que necesiten, estudiar, estar sanas, vivas, resistir y organizarnos para evitar que nuestras vidas y nuestras comunidades se desintegren aún más.

Desde nuestra perspectiva, la conversión de la vida misma en mercancía se ha expandido con el neoliberalismo, y la opresión de las mujeres está en el corazón de este proceso.  De esta manera, el capitalismo, el racismo y el patriarcado se consolidan y se refuerzan mutuamente, obligando a las mujeres a vivir según las reglas del mercado, a estar a su servicio y a construir sus relaciones en función de ellas.  Esta mercantilización reduce a las mujeres a meros objetos, sea en la industria de la prostitución o de la pornografía, o en el uso de sus cuerpos en la publicidad, o en la manipulación de nuestros deseos y sueños para aumentar el consumo.  El neoliberalismo ha entrado en una nueva fase, en el sentido que ha logrado "capitalizar" las opresiones existentes: para comercializarlas (pensemos en la servidumbre sexual de las mujeres, por ejemplo) y hace millones a partir de esto, así como retoma con fuerza la idea de que puedes escapar a tu realidad si trabajas duro en esto y, por supuesto, si pagas el monto correcto.

Para nosotras, el individualismo que está en el centro del neoliberalismo, combinado con el pos-modernismo, ha creado una reacción que es sentida en diferentes modos y formas a lo largo del mundo.  Ha significado la implementación de políticas regresivas o represivas, dirigidas hacia las mujeres y cualquier grupo o clase que no se conforme con la agenda que favorece los derechos de los blancos y hombres y a los ricos.  También ha significado que la construcción y organización de movimientos se hayan convertido en una amenaza, por lo que están siendo vilipendiados y criminalizados cada vez más. También testimoniamos un neo conservadurismo que está cobrando su cuota trayendo tradicionalismo y moralismo a la vanguardia de las organizaciones, ya sean religiosos, políticos o económicos.  Estamos perdiendo terreno en el frente de los derechos colectivos.

Al mismo tiempo, no es tan fácil como solía serlo para el neoliberalismo y el imperialismo de EE.UU., imponer su agenda.  Esta es la razón por la que el modelo ha estado tratando de cooptar nuestra agenda y, por otro lado, se han vuelto más agresivos.

Estamos viviendo bajo una extrema concentración del ingreso y un incremento de la violencia en general, conflictos armados, ocupaciones militares, conflictos locales y, también, violencia urbana oculta, feminicídios.  El incremento de la militarización ha resultado en el uso de los cuerpos de las mujeres como botín de guerra y la violación como un arma de guerra.  También denunciamos la penalización de las protestas de las organizaciones sociales, represión contra sus líderes llevada a cabo por las instituciones gubernamentales o milicias privadas.

A la represión mencionada anteriormente, se está añadiendo la resistencia frente al feminismo que se manifiesta de diferentes maneras.  Los ejemplos incluyen la intolerancia y represión policíaca hacia las mujeres que se han hecho un aborto, o las acciones organizadas por grupos de hombres (movimientos masculinos, derechos de los padres, etc.), que asedian o persiguen judicialmente a las organizaciones feministas.  En general, la resistencia hacia el feminismo, también se manifiesta a sí mismo en círculos progresivos cuando los movimientos sociales no desafían al patriarcado o cuando los compañeros se niegan a examinar su propio comportamiento o a cuestionar los privilegios de los que gozan debido a su género.

La división sexual del trabajo entre el trabajo “productivo” de los hombres y el trabajo “reproductivo” de las mujeres se articula con la división internacional del trabajo.  Las mujeres en las fábricas, en las plantaciones de flores y frutas, en todo sector de la agroexportación que usa fuerza laboral intensa; es decir, todos los sectores en los que la norma es trabajo precario, bajos salarios, no existencia de derechos laborales (como la sindicalización).  Las restringidas posibilidades de empleo pagado abiertas a la mayoría de las mujeres determina, y son determinadas, por su propia identidad de género; un ejemplo de esto es presentado por Jules Falquet : Más y más mujeres están trabajando en el sector servicio (trabajo doméstico, servicios privados, prostitución); tareas relacionadas al “trabajo de cuidado” que demanda paciencia y disponibilidad emocional.  Mientras que, por otro lado, hay más y más hombres con armas en el ejército, servicios de seguridad, grupos paramilitares, guardias de cárceles; tareas relacionadas con las identidades masculinas de género de agresividad o “protección”.

En esto han devenido las identidades femeninas y masculinas en un proceso de homogenización que viene junto con un discurso de diversidad.  Nunca hemos escuchado hablar tanto acerca de diversidad en dicho mundo homogeneizado: campos monoculturales, personas transgénero tratando de tener un cuerpo ícono de hombre (macho) y mujer (caliente/delgada), etc.

Actualmente, todo se está volviendo una mercancía: la naturaleza (agua, semillas, biodiversidad, bio-industrias), y los cuerpos de las mujeres (industrias de belleza y cirugía plástica), todo el control de la capacidad regenerativa expresada en una semilla y los úteros de las mujeres.  También las experiencias y subjetividad personales; el tema ya no es más la propiedad, pero el acceso para controlar y homogenizar las experiencias, como el turismo exótico: naturaleza y mujeres son hechos objetos y vendidos como parte de la experiencia.  Esta lógica de fragmentación y apropiación privada guía las nuevas fronteras del capital relacionadas a la “sociedad de información”, y son fortalecidas a favor de las compañías transnacionales, quienes tienen mucho más poder operacional como un resultado de la debilidad de las regulaciones y control de los Estados nacionales y en virtud de sus alianzas con las oligarquías locales.


La Marcha Mundial de las Mujeres y el Foro Social Mundial

La Marcha Mundial de las Mujeres ha sido un actor en el Foro Social Mundial desde el inicio del proceso.  Participamos en él porque es un espacio privilegiado para llevar a cabo nuestro deseo de cambiar el mundo y para establecer alianzas con otros movimientos sociales para lograr esa meta.  Somos un movimiento anti-globalización y anti-patriarcal, y hacemos pública nuestra resistencia y alternativas a través de movilizaciones callejeras, educación popular y la construcción colectiva de nuevas formas de expresión.

Queremos conectar a las feministas de base de diferentes partes del mundo quienes creen en la necesidad de organizarse localmente y actuar juntas para confrontar las realidades globales, ya sean el patriarcado, imperialismo, racismo, neoliberalismo o neo conservadurismo.

Nuestra historia está entretejida con el Foro Social Mundial (FSM).  La Primera Reunión Internacional de la MMM, que estableció su plataforma de demandas y propuestas para la acción se llevó a cabo en 1998.  En ese momento, los movimientos de resistencia al neoliberalismo fueron ganando reconocimiento internacional y salieron del aislamiento.  En los años que siguieron, las movilizaciones contra los acuerdos de libre comercio (OMC y los TLC en América) juntaron organizaciones de diferentes países y sectores en marchas masivas en los lugares en los que se llevaban a cabo las reuniones de presidentes y ministros y, también, en actos simultáneos a lo largo del mundo.  El FSM fue establecido como una de las expresiones del movimiento anti globalización; y es una de sus expresiones más fuertes debido a su permanencia a lo largo de los años, su contenido y convocatoria englobantes.

Ganando fortaleza en el proceso del FSM

La MMM, a través de sus coordinaciones nacionales o el Secretariado Internacional, ha organizado talleres, seminarios y acciones sobre diferentes temas, de acuerdo a las diferentes ediciones del foro, tales como asambleas de mujeres, etc.  La MMM jugó un papel activo en los campamentos de la juventud y en la asamblea de los movimientos sociales (declaración, organización, coordinación, etc.), y más aún en la creación y mantenimiento de la Asamblea de los movimientos sociales.  La Marcha estuvo presente en cada edición del Foro Social Mundial y en muchos foros regionales y nacionales.

En el proceso del FSM, la MMM amplió su visibilidad, fortaleciendo su presencia en muchos países y regiones del mundo, construyó alianzas con los movimientos sociales y con otras organizaciones feministas.  El Foro es también un espacio privilegiado de formación política para las militantes de la MMM.

La relación construida con los movimientos sociales va más allá del proceso del FSM.  Las organizaciones que participaron en la Asamblea han sido como puntos de referencia y aglutinación en momentos cruciales del movimiento anti globalización.  Hemos desarrollado procesos organizativos, tales como en la lucha por la soberanía alimentaria con Vía Campesina, Amigos de la Tierra y otros; en el debate acerca de integración en la Alianza Social Continental, e incluso en las actividades de formación política con el Comité por la Abolición de la Deuda Externa del Tercer Mundo – CADTM.

Comenzamos o intensificamos nuestro trabajo con mujeres de otras organizaciones.  En el proceso del Foro, actuamos conjuntamente con la Red Latinoamericana de Mujeres Transformando la Economía (REMTE), Alai-mujeres, Diálogo Sur-Sur LGBT y mujeres de Vía Campesina.  Ellas contribuyeron al debate interno de la MMM sobre las alternativas económicas feministas, temas agrarios y ambientales, y también para el cuestionamiento de la imposición de la heterosexualidad como la norma.  Este colectivo fue una referencia para suscitar el debate feminista en Nyéleni - Foro sobre Soberanía Alimentaria y otros procesos de formación de alianzas que han ayudado a expandir la alianza anti liberal hacia la agenda igualitaria.

Contribuciones del proceso del FSM

El fortalecimiento de los movimientos que encuentran sus pares en otras partes del mundo y la articulación alrededor de agendas comunes, como fue el caso de la oposición a la guerra y al imperialismo, son frecuentemente nombradas como resultados positivos del FSM.  Más allá de eso, una de las principales contribuciones del FSM ha sido cambiar el ambiente donde se llevan a cabo las acciones y debates políticos.  En tiempos de la hegemonía neoliberal, el pragmatismo orientado a resultados ha debilitado el debate político y atrofiado el análisis crítico.  Cualquier idea de transformación social tiene que ser empaquetado en el discurso de los derechos humanos.  Mientras que algunos de los sectores de los movimientos terminan incorporando este discurso y actuaron dentro de los limites institucionales (normas, políticas públicas, acuerdos internacionales), otros radicalizaron sus acciones, por ejemplo, contra el libre comercio y las corporaciones transnacionales.  El FSM promovió un nuevo acercamiento entre estos campos, constituyendo una cancha intermedia.  Este territorio nuevo evitó (probablemente) el aislamiento de algunos de esos movimientos y amplió la agenda política de otros.

Ese efecto llega a ser más visible cuando el proceso del FSM alcanza una nueva región del mundo y genera una dinámica común de trabajo.  En otras regiones, o en sectores de ciertos movimientos, esas dinámicas han dado como resultado la producción de agendas comunes.  En otros casos, se han mostrado insuficientes para tejer las conexiones necesarias entre las acciones diarias de resistencia, organizadas y no organizadas.  Observamos que en algunos lugares, una cierta institucionalización del FSM en sí, ha significado últimamente que las luchas o las formas de acción se desarrollen netamente fuera del proceso.  Por ejemplo, algunos movimientos sociales recientes, volcados hacia sus preocupaciones locales (sobre bienes comunes, derechos laborales, el medio ambiente, etc.) no han podido encontrar su espacio; o podemos mencionar algunos temas que permanecen "marginales" en el FSM como los derechos de los gays y las lesbianas.  Es por ello que, cada vez más, se plantea la pregunta de si el proceso de FSM ha llegado ya al fin de su camino.

Para contribuir a este debate, planteamos nuestras preocupaciones relativas a las dinámicas del FSM y la presencia feminista en esas dinámicas.

Nosotras, feministas

Queremos que todos los movimientos inscriban el análisis del patriarcado en el centro del cuestionamiento del neoliberalismo e imperialismo - hoy simbolizado principalmente (pero no exclusivamente) por el FSM.  Esta es una meta ambiciosa y, posiblemente, difícil de evaluar globalmente.  Sabemos que nuestra presencia en el FSM dio visibilidad a la lucha y resistencia de las mujeres.  Hemos creado alianzas políticas y estratégicas con ciertos movimientos sociales.  Sin embargo, los logros aún son insuficientes para superar el patente sexismo presente en el FSM.

Creemos que la independencia política de nuestro movimiento es crucial; la alianza con los movimientos mixtos no puede reducirse a la adopción de estrategias y políticas predeterminadas, sino que debe ser el resultado de una construcción colectiva.  Tenemos que combinar nuestra propia construcción, basada en la fuerza de los movimientos populares feministas, con nuestro trabajo en alianzas y en procesos globales como el FSM de los cuales elegimos ser parte activa.

La tarea, a menudo, parece colosal.  Tenemos que actuar para impedir que el análisis feminista se circunscriba sólo a áreas convencionales como la salud, los derechos reproductivos, la participación política, de manera que contagie también los núcleos duros del debate sobre alternativas, tales como la economía, la guerra o la violencia, de modo que nuestro enfoque no sea ni periférico, ni aislado.  También tenemos que actuar para crear condiciones para que las mujeres se sienten seguras durante el Foro, y particularmente para que las mujeres jóvenes puedan participar en los campamentos sin temor a la violencia o al hostigamiento.  Nuestro desafío es construir el FSM como territorio libre del sexismo, en donde podamos experimentar la autonomía, las relaciones igualitarias y la confianza.

También hemos construido nuevas maneras de "estar" en la lucha.  Utilizamos nuestra creatividad y dinamismo poniendo color y música a los debates y acciones que se han realizado durante el Foro.

Además de los desafíos que enfrentamos dentro del proceso del FSM, las feministas de la MMM estamos contribuyendo al restablecimiento de una agenda política de crítica global del sistema, que da visibilidad a las movilizaciones y a las luchas sociales, lo cual ha fortalecido el cuestionamiento a la institucionalización de los movimientos sociales.  Desde el punto de vista del movimiento de las mujeres, hemos contribuido a legitimar a las mujeres y al feminismo como sujetos políticos activos.

Desafíos para la continuidad del FSM

El FSM necesita tener la capacidad de fortalecer la resistencia al modelo neoliberal. Inicialmente, el simple hecho de reunir en un mismo momento -y así darles visibilidad- a una gran cantidad de activistas por un mundo mejor, constituía en sí una oposición a la hegemonía neoliberal.  Las condiciones actuales son diferentes: el imperialismo de EE.UU. da muestras de derrota, hasta cierto punto los sectores populares están avanzando en las propuestas de alternativas, y al mismo tiempo, sentimos la enorme urgencia de reaccionar contra la represión, la manipulación de los conflictos étnicos o las ocupaciones militares, como también contra la destrucción irreversible del planeta.  Nuestro reto es consolidar el FSM como proceso, que favorezca la sinergia entre las agendas políticas y las diversas culturas organizativas, para construir e impulsar una plataforma de luchas.

De esta forma, el FSM puede avanzar en el cumplimiento de las expectativas que crea, dondequiera que se está organizando.  Las siguientes observaciones son el resultado de la discusión acerca del FSM, llevada a cabo durante la reunión del Comité Internacional de la MMM, en la Granja do Ulmeiro, Portugal, en octubre del 2007 .

1. La Carta de Principios del FSM es tan amplia que permite la adhesión de grupos que tienen puntos de vista ideológicos opuestos, como acerca del tema del aborto.  No podemos esperar construir un mundo mejor y, al mismo tiempo, dar espacio para la lesbo o homofobia y misoginia en el FSM.  Creemos que debemos abrir la Carta para añadir este principio que debería guiar la organización, así como el entendimiento político del FSM.

2. El tamaño del Foro ha devenido en su peor enemigo.  Hemos observado un incremento en la participación al FSM, de unos pocos miles a decenas de miles y centenas de miles….  El éxito del FSM debe ser evaluado en términos de su capacidad para la movilización y adaptación a las realidades y a las luchas de los movimientos del país en donde se realiza y no en su crecimiento perpetuo.  El Día de Acción Global representa una buena forma de dar espacio a las acciones y organización locales.

3. El FSM debe ser visto como una herramienta y no un fin en sí mismo.  No remplaza a los movimientos de base, pero debería fortalecerlos, al reforzar su capacidad de interactuar en redes.  Esto debería ser una forma de evaluar la efectividad del FSM.  Su capacidad de crear vínculos, intercambios constructivos y acciones entre sectores que se encuentran silenciados por la opresión y el neoliberalismo.

4. La metodología debe estar al servicio del FSM y no de forma inversa.  La metodología también debería ser evaluada y revisada en términos de los objetivos esperados.  La idea de que hay “un solo método” para celebrar el FSM es contradictorio con la necesidad de reflejar las particularidades y las luchas de resistencia de las personas locales en donde se organiza el FSM.  El único “método” que deberíamos tener en el proceso del FSM es un compromiso a la transversalización y amplificación de las voces de los grupos excluidos (mujeres, pobres, indígenas, personas excluidas por racismo, lesbianas y gays, etc.).  En ese sentido, el ejemplo del Foro Social de EE.UU., es bastante interesante.  Ellos eligieron permitirle a estas voces organizadas estar en la vanguardia de la organización, y de la agenda.  La diferencia fue visible tanto en su calidad como en su coherencia.

5. La frecuencia del FSM contribuye disminuir el impacto de las movilizaciones y requiere de muchos recursos humanos (activistas) y financieros que el FSM podría, finalmente comenzar a ser una desventaja para cambiar el mundo.  El FSM sólo tiene sentido donde hay luchas locales o nacionales, lugares de construcción de alternativas de base.  Los participantes de estas luchas pueden ser mejor reconocidos y alentados unos a otros, si el ritmo del Foro no obstaculiza la acción misma.  La experiencia del Día de Acción Global fue elocuente y nos lleva a proponer claramente la alternancia entre FSM local, temático/regional e internacional, como una forma de reforzar el proceso y hacerlo realidad en más países.

6. El núcleo del FSM debería ser la convergencia, y no un 'supermercado' de ideas y egos.  Necesitamos más interacción entre movimientos para vivir nuestras alternativas, discutirlas, integrarlas en nuestra práctica.  El cambio se basa en la capacidad de los individuos de enfrentarse a los problemas y su voluntad de acción.  El cambio proviene también de movimientos que pueden aprender de sus éxitos y errores.

7. La convergencia necesita estar en el corazón del FSM, y no un “supermercado” de ideas y egos.  Necesitamos más interacción entre movimientos que vivan nuestras alternativas, que las discutan, las integren en su praxis.  El cambio está basado en la capacidad de los individuos de ser confrontados y deseen actuar.  El cambio también viene de los movimientos que pueden aprender de sus éxitos y errores.

8. El desafío de la real inclusión del análisis y demandas feministas, bien como la afirmación de las mujeres como sujetos de la lucha contra la globalización, es inmenso.  No hay reconocimiento dentro del Consejo Internacional del FSM ni en la metodología del FSM, de las relaciones de poder existentes ni un compromiso por cambiarlas.  Junto con la Red Latinoamericana Mujeres Transformando la Economía (REMTE), hemos propuesto una política de igualdad para el FSM  que nunca bajó a las bases.  La propuesta fue discutida en la reunión del Consejo Internacional del FSM y luego usada como una referencia para la organización el Foro Social Policéntrico en Caracas, en el 2006.  Ésta sugiere mecanismos para la dinámica del FSM, contenidos para el debate político de los procesos del FSM, e iniciativas encaminadas a lograr que el tiempo y el espacio del evento del FSM estén “más cerca al mundo que deseamos, estableciendo relaciones sociales diferentes”.  Su realización y expansión son dependientes de nuestra capacidad para fortalecerla.  Contribuirá a esto, una amplia asamblea de mujeres expresando contenidos y formas de acción feminista, organizada dentro del FSM y, posiblemente, articulando una agenda más allá del FSM.

9. Existe una flagrante falta de coherencia entre la organización del FSM y nuestros objetivos de transformación social.  La comercialización del evento, la presencia de grupos “pro-vida”, etc., son impedimentos para construir alternativas y se les debe hacer frente.  La propuesta de una guía organizativa debe ser adoptada y distribuida ampliamente a los comités organizadores de los diversos foros sociales.

Desafíos frente al proceso del FSM

Celebramos el hecho de que el pensamiento único neoliberal ha sido derrotado de diversas maneras en el campo de las ideas y hemos contribuido a ello.  Además, observamos que “algunos de los temas surgidos por alter-mundialismo, han sido apropiados por el discurso del capital y presentados una vez más, en nuevas formas de mercado para servir al capital .  Sabemos que el Foro Social Mundial ha contribuido a crear este espacio donde nuevas formas de "estar, vivir y actuar juntos/as" pueden ser experimentadas, pero también creemos que, para que continúe como proceso que crea sinergias, el FSM tiene que transformarse, al avanzar hacia la construcción de una fuerza unitaria capaz de superar el neoliberalismo, y provocar la derrota del capitalismo, del racismo y del patriarcado.

Nosotras, de la Marcha Mundial de las Mujeres, estamos comprometidas a construir procesos para la convergencia de luchas y alternativas.  Nuestra referencia es la Carta Mundial de las Mujeres a la Humanidad, basada en igualdad, libertad, justicia, solidaridad y paz; y actualmente nos enfocamos en la des-mercantilización y desmilitarización del mundo.

Solemos decir que, para cambiar las vidas de las mujeres, el mundo necesita ser cambiado; pero también, para cambiar el mundo, las vidas de las mujeres necesitan ser cambiadas.  ¡Todo al mismo tiempo y ahora!

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Last modified 2013-08-15 03:11 PM
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